Todas las noches, siéntate confortablemente en una silla y descansa hacia atrás tu cabeza, como lo haces cuando vas al dentista.
Puedes usar una almohada. Luego relaja tu mandíbula. Sólo relájate y abre tu boca ligeramente y comienza a respirar por la boca, no por la nariz. No cambies tu respiración; deja que fluya naturalmente.
Las primeras respiraciones serán un tanto activas. Lentamente, tu respiración irá bajando de intensidad y se volverá muy suave. Inhalarás y exhalarás muy suavemente. Mantén tu boca abierta, los ojos cerrados, y descansa.
Luego comienza a sentir que tus piernas están muy relajadas, como si no te pertenecieran; 'córtalas' desde la cintura. Después comienza a sentir que eres solamente la parte superior de tu cuerpo; que las piernas han desaparecido.
Luego las manos; piensa que ambas manos se relajan y comienzan a separarse de ti. Ya no tienes tus manos; están muertas, han desaparecido.
Luego comienza a pensar en tu cabeza separándose de ti, como si te descabezaran. Deja que se vaya: donde sea que vaya -a la derecha, a la izquierda- no puedes impedírselo. Sólo deja que se vaya; se ha separado de ti. Entonces sólo te queda el torso. Siente que eres sólo eso: los hombros, el estómago; eso es todo.
Hazlo durante al menos veinte minutos, sólo antes de irte a dormir. Y hazlo durante al menos tres semanas.