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Cuerpo y alma

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Terapia con cristales, un gran mecanismo de sanación


La gemoterapia o sanación con cristales es una terapia alternativa que se basa en el poder vibracional y curativo de estos minerales que provienen del corazón de nuestro planeta y se forman en el transcurso de miles de años.

El tratamiento de sanación con piedras y cristales se efectúa con la intención de balancear energías, promover el cambio, y de manifestar algo etéreo en el plano material.

El proceso de sanación con cristales está basado en el hecho de que todo lo que nos rodea, incluyéndonos, está compuesto por átomos, y estos a su vez se componen de protones, neutrones y electrones - todos girando y vibrando en un campo electromagnético.

Cuando usamos cristales, estamos introduciendo su particular vibración y creando un cambio en este campo energético con el que trabajamos, sea el cuerpo humano o un espacio específico. Estos efectos pueden ser palpables inmediatamente o quizás progresivamente y muchas veces depende de diferentes factores como la intención con que se hace el tratamiento, el cristal elegido y otras.

Los expertos en sanación con cristales consideran que, cuando la fuerza que actúa en un cristal está en contacto con el cuerpo o a su alrededor, estimulan, equilibran o reducen el flujo de energía vital que, de acuerdo con el concepto oriental de salud, debe fluir libremente para que nos encontremos bien y estemos sanos. Desde le punto de vista científico, se puede afirmar que cada célula del cuerpo vibra en una frecuencia determinada y las que lo hacen en una vibración distinta son las que pueden presentar signos de enfermedad. La terapia con cristales actúa a muchos niveles para favorecer la curación y reducir los problemas físicos y mentales: *Estrés *Depresión *Falta de autoestima *Miedos y fobias *Cansancio *Ayuda a la relajación *Refuerza y revitaliza *Artritis *Cicatrización Como terapia actúa a nivel físico, mental y emocional, corrigiendo las emociones negativas que provocan la enfermedad. Cada piedra posee unas cualidades y unas características determinadas. Para que ejerzan sus propiedades es recomendable estar en contacto constante con ellas. La forma más cómoda es llevándolas encima para que ayuden a armonizarnos, a purificar, a limpiar nuestro campo energético. La mejor manera de elegir un cristal es cerrar los ojos y dejarse llevar por la intuición, o bien escoge el que visualmente más te atraiga. Los cristales deben lavarse en agua de mar y luego aclararlos con agua clara antes de ser utilizados con fines terapéuticos. Exponiéndolos a los rayos solares, aumentan su poder vibratorio. Los terapeutas utilizan los cristales de formas muy diversas. Algunos colocan piezas grandes de amatista o de cuarzo blanco sobre la mesa para limpiar y equilibrar las energías de la habitación. Otros emplean pequeños fragmentos de cristal de diferentes colores situándolos sobre los chakras, optando por diferentes posibilidades en función de que se traten problemas físicos o emocionales. O bien se colocan alrededor del paciente para que absorban la energía negativa o aumenten los niveles de energía posivita. Este trabajo de ajuste suele realizarse con la persona tumbada, total o parcialmente vestida. El sanador coloca sobre su cuerpo los cristales. La persona a tratar participa realizando alguna visualización o meditación, según el terapeuta le vaya indicando. Durante la curación el terapeuta debe emplear el poder de su mente para dirigir la energía hacia el área física, mental o emocional en la que se halla el desequilibrio causante de la enfermedad o la tensión.

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