En muchas ocasiones nos hemos sentido atareados por el afán del mundo, el estrés, los pensamientos y emociones negativas y las energías del entorno.
La meditación, surge coo alternativa de comunicación interna y de reactivación de la relación entre el yo y la paz del alma.
Es importante saber que el corazón de la práctica de Dharma es la meditación. El propósito de la meditación es pacificar y calmar la mente. Si mantenemos una mente en calma, equilibrio y armonía, no tendremos preocupaciones ni angustias y disfrutaremos de verdadera felicidad; pero si nuestra mente está alterada, no conseguiremos sentirnos felices aunque estemos rodeados de las mejores condiciones.
Ir haciendo de la mediación una práctica diaria, permitirá ir descubriendo una paz y una serenidad cada vez mayores, una calma interior que nos permitirá además fortalecer las bases para en el mundo exterior y en a cotidianidad hacer frente a las adversidades de una forma más asertiva.
"La meditación se ha definido de muchas formas. Vamos a darte una formulita fácil de entender. Decimos que meditar es hacer que tus emociones y tu mente guarden silencio para que puedas escuchar la voz del alma, de ese ser maravilloso y divino que eres en verdad. Por lo tanto, el objetivo de la meditación es hacer contacto con el alma. Allí está la fuente de sabiduría y de verdad, allí está el amor que se da sin pedir nada a cambio, allí están la fortaleza, el poder y la voluntad. Son tus tesoros, los de verdad, no como aquellos de hierro y de plástico, de cemento y de vidrio, de piedras y metales; y están compuestos de una sustancia muy sutil que tiene la particularidad de no desgastarse o acabarse; nadie te los puede robar y no se devalúan."
Cómo meditar?
Es importante primero empezar con la relajación.
1) Ponte ropa cómoda y que no te apriete, que te permita estar unos minutos en una misma posición sin que te sientas incómodo.
2) Busca un lugar tranquilo donde puedas estar sin que nadie te interrumpa. Puede ser alguna habitación de tu casa, algún espacio en la naturaleza… Cualquier lugar sirve si estás cómodo y tranquilo.
3) Siéntate en una posición cómoda, cierra los ojos y respira profundo y lento.
No es necesario que cruces tus piernas o te coloques en una postura especial.
Solamente debes estar con tu espalda recta y relajar cada músculo de tu cuerpo.
Puedes ir desde la punta de tus pies hasta la cabeza, pasando detenidamente por cada músculo, reconociéndolo y relajando mientras te enfocas en tu respiración.
4) Empieza a contar de 50 a 0, lentamente y centrado en tu respiración.
Cuando se crucen pensamientos en tu mente no los niegues y deja que se vayan tal y como han venido mientras tratas de seguir pensando en tu respiración y en cómo el aire fluye por tus fosas nasales.
5) Cuando termines la cuenta regresiva puedes pensar en imágenes que te hagan sentir bien o en frases que también causen ese efecto como “cada vez estoy mejor y mejor”. La idea es acercar buenos pensamientos hacia ti.
6) Sé constante. Lo ideal es dedicar de 10 a 15 minutos diarios como mínimo.